miércoles, 3 de marzo de 2010

un par de hermanos japoneses que son casi parecidos a nosotros, porque los dos son kinesiólogos y a ninguno le gusta bailar.-

había tanta expectativa en la calle, tanto hambre de asfalto, pero la luz se filtró gris por el black out, eso significa que iba a llover. SIEMPRE significa que va a llover.
ya para la tarde había sol y llegamos al lugar donde nos prometieron que iba a ser, había barricadas para mantenernos afuera de la calle.
y después de tanto san juan y la muni, después de siglos de escapadas a la técnica y excursiones a bernal, llegó el día de la avenida.
toda la gente, con veintiun años te digo que mucha juventud, la nueva sangre.
a medida que pasaban las bandas las tablas más áltas, el cansancio desaparecía con cada prueba, con cada aplauso. hubo quienes aseguraron que desapareció por completo cuando subieron los que viajaron desde pacheco, que las distancias inquebrantables no son nada, y que esas barricadas fueron aún menos. Profetas en su tierra, la inocencia reinó y fue eterna.
Ahí los tenías, con toda la violencia, las barricadas se iban, habremos sacado una docena, qué digo... mínimo doscientas, o quizás mil, ya perdí la cuenta.
Pero, lo que te digo, eramos todos amigos. no sé cómo decirtelo, creo que ni aunque hubieses visto un video en 360º te darías cuenta, por ahí ni estando ahí leías esa trascendencia total, ese saberse en delmar, pero estar en varela, estar con tu mejor amigo teniendo el ballado y a la gente y, a la vez, correr para zephyr y que los nostálgicos del escenario te lo recuerden, con sus días mejores, su furia toda, el gusto de las noches de verano que se van. todo eso que no podés decir si no estás apretando un poco el puño, moviendolo como un boludo y por ahí llorando. no, seguro que llorando.
volver a ser el de séptimo grado que escuchaba los ramones, jugaba al tony y le costaba horrores bajar un flip, con juntas más grandes, la ilusión intacta y toda la furia de la no-pertenencia que siempre es la última moda.
y ahora no sé, te tendría contar de las noches en el nago, los mediodías con fini, los discos de fun people de ariel. épocas que no sabías hacer quintas y que pepo te enseñaba a fistear en los cordones de la fleming, y ahora, después de tanto, ahí está, para todos los que le decimos patineta.-