viernes, 1 de abril de 2011

la efe que me sobraba del cumple de fabri

Quizás fue esa misma tarde, quizás fue bastante después.
Federico se fue llorando de la pieza, castigado por bocas que odiaban la suya. Cómo sea, a su tímido grito le siguieron dos que, en verdad, fueron cientos. Nunca se supo qué hizo en la cocina, pero volvió.
Años más tarde, arriba de un colectivo a La Plata, comprendió que, sin saber desde cuándo, amaba a Estudiantes.-