lunes, 15 de febrero de 2010

lo que pasa cuando los de la línea de atención al cliente de ariel líquido no te hacen caso‏

mamá se enoja, eso pasa.
y nadie, pero nadie quiero estar cerca.-

jueves, 4 de febrero de 2010

una cura, y no de abuela, para las tres razones por las que matarías a cualquiera que se te ponga enfrente

la incertidumbre de las horas antes del bosque se acrecentó cuando dejó de llover y el bosque ya había quedado atrás. un sabor amargo, que no sentía desde casi los 16 años. qué olvido necesitaría.
pero cuando vas al disco y buscás relleno de bonobon (el de chocolate con maní, ojo) para comerlo a cucharadas y no hay, te contentás con unas frutigrán de chocolate y pensás el los demás. un águila con limón, esas donuts que no desayunamos y los aireados que nos esperan en la heladera.
hay días que querés boxear a rocky balboa y decirle que sus películas son malas, que es un vago y adrian lo hace cornudo con tommy, pero al rato bajás todo por pampa, con lluvia y hasta las vías, a ver pasar el tren. y de repente ya no te da tanta bronca que el gil de santi ni siquiera debe entender lo que pasó, que te perdés la lluvia con tus hermanos y algunas pelotas, y que el martes rendís estética.
por eso, de vez en vez, no importa si dormís poco, si comés mal y otras cosas muchas, es más, te importa tan poco que hasta podrías cantar "mambeado" de onda vaga, aunque los sigas detestando, claro.-

miércoles, 3 de febrero de 2010

¿convienen también que después de ir al baño, no preciso más que de glaucón y agatón?- no había oído nada más acertado, ya que verdad dices sócrates.

verano de estética y finales, de dos vacaciones frustadas y algo que no quiero creer desde el 19 de diciembre de hace un año.
viste que nunca es mañana hasta que te despertás o, mínimo, seguís de largo? bueno, lo mismo pasa con los años. no empiezan hasta que no lo escribis al principio del ciclo lectivo o de algún final, con la furia de las vacaciones.
mi 2010 (léase veinte diez, porque es más canchero) empezó a fines de enero, para quedarse con mi descanso, lo que intentaban ser vacaciones y los soles de alguna quinta de ingeniero maschwitz.
es verdad que lo único que me encontré cuando volví a entrar fueron un par de telas de araña y muchas historias de spiderman, me gusta atribuirle a eso y a mi ex-yeso la causa de mi inconsistencia.
hace unos años una abuela querida, que ojalá se sumara a mis tantas, me dijo que yo iba a ser feliz. en vez de tomármelo como de quien viene (qué abuela no te dice que vas a ser feliz?), estuve buscando todo el año esa señal mágica y misteriosa que nadie más que yo iba a ver y me iba a llevar en un hit the fucking road hasta la felicidad misma, por raro que pareciera. y quien no quiere eso? de todas formas, uno lo sigue buscando siempre, por incoformista que parezca, pero ahora tengo papeles, porque ya lo dijo sócrates, papá, uno quiere lo que no tiene. y con la cita a la autoridad te quedás tranquilo de que hace mil millones de años en el período prejurásico (perdón ross) seguramente los tiranosaurios también querían vivir en cuevas, o jugar al tutti frutti y los picapiedras no los dejaban.
cómo sea, a cambio de esta promesa de felicidad de mi decimosexta abuela, y que me haya escuchado divagar, y prestando atención, sobre algunos intentos de necromancia para resucitar una mezcla de arte pop y el más violento informalismo de alberto greco (aglo que titularía impopmalismo), yo le prometí dedicarle mi primer libro. me sé de memoria el principio, pero nunca supe cómo seguía. igual, más o menos, acá va:

de chico, nunca quise ser astronauta

igual, ahora que lo pienso, por ahí debería ir sin el "de chico".-