martes, 25 de agosto de 2009

qué pasó con So desde que las preposiciones hicieron rancho aparte y la dejaron sola (qué tienen durante y mediante que no tenga yo?)

hace casi un mes que no aparezco por aca. si bien escribí un par de historias de vida, el blog se encargó de borrarlas sin importarle mi poco tiempo.
ultimamente es época de finales, todos los dias y después, y el tiempo desde siempre tirano. sumale a esto que tu culpabilidad rasca cielos y los edificios le quedan por los tobillos, y tenés un mes casi desperdiciado.
quizás mercurio está más cerca de la tierra o es que yo estoy particularmente sensible, o es simplemente que plutón está particularmente brillante, pero puedo sentirme mal y culpable por todo.
hoy, sin horas de sueño ni gramos de almuerzo, me tomé el 159 2 y le pedí hasta cabildo y pampa, como siempre, y me quiso cobrar 1.75, como nunca. le pregunté, con respeto y buena onda, que si estaba seguro y, mientras me abria la puerta, me dijo que si no le creía que me baje y me tome otro.
por suerte atrás venía el otro y le pedí 1.25, lo de siempre, y me entregué al asiento y al motivo visual del hombre en la ventana del colectivo. 2 o 3 semáforos después, en una de esas apasionantes charlas de colectiveros, escuché "cuanto te pidió el de rojo?". y todavía no te puedo creer. nos había esperado para ajusticiarme, por 50 centavos que en su vida va a tocar. por suerte el chofer personal que el azar me había destinado era bastante mejor onda y no me dijo nada. como sea, las 30 cuadras siguientes fueron puro remordimiento y algunos semáforos de miedo. antes de bajar le fui a preguntar y me dijo que en realidad era 1.50, pero que estaba todo bien. de todas formas le pedí perdón como para todo el viaje de vuelta.
cuando me bajé crucé mal la calle, una de las cosas que más me gusta de mi vida y, me hace creer que, mantiene vivo el espíritu de la revolución que todo el tem cree muerto. mientras cruzaba apareció una bocina de la nada, un auto que la seguía, un "pelotudooooooo" y un una mano afuera.
el taxi frenó en la esquina a buscar gente, asi que me apuré un poco y le pedí perdón. creo que si le pegaba un tiro lo sorprendía menos, pero me dijo que estaba todo bien.
si hay algo que no puedo tolerar en el mundo es que un taxista que casi me mata y un par de colectiveros que por poco me estafan (y por poco) estén enojados conmigos y, sobre todo, que le cuenten a la familia, de sobremesa, que hoy se cruzaron con un pelotudo bárbaro vestido de rojo.-

1 comentario:

Juana dijo...

¿Sabés qué? El tema de los bondis da para largo; ¡Bah! En realidad, el trato hacia la gente... Yo intento sonreírles todos los días y hablarles bien, por más que tenga mil mambos en la cabeza. Qué sé yo, es una manera de generar un cambio, mínimo, pero cambio al fin.