verano de estética y finales, de dos vacaciones frustadas y algo que no quiero creer desde el 19 de diciembre de hace un año.
viste que nunca es mañana hasta que te despertás o, mínimo, seguís de largo? bueno, lo mismo pasa con los años. no empiezan hasta que no lo escribis al principio del ciclo lectivo o de algún final, con la furia de las vacaciones.
mi 2010 (léase veinte diez, porque es más canchero) empezó a fines de enero, para quedarse con mi descanso, lo que intentaban ser vacaciones y los soles de alguna quinta de ingeniero maschwitz.
es verdad que lo único que me encontré cuando volví a entrar fueron un par de telas de araña y muchas historias de spiderman, me gusta atribuirle a eso y a mi ex-yeso la causa de mi inconsistencia.
hace unos años una abuela querida, que ojalá se sumara a mis tantas, me dijo que yo iba a ser feliz. en vez de tomármelo como de quien viene (qué abuela no te dice que vas a ser feliz?), estuve buscando todo el año esa señal mágica y misteriosa que nadie más que yo iba a ver y me iba a llevar en un hit the fucking road hasta la felicidad misma, por raro que pareciera. y quien no quiere eso? de todas formas, uno lo sigue buscando siempre, por incoformista que parezca, pero ahora tengo papeles, porque ya lo dijo sócrates, papá, uno quiere lo que no tiene. y con la cita a la autoridad te quedás tranquilo de que hace mil millones de años en el período prejurásico (perdón ross) seguramente los tiranosaurios también querían vivir en cuevas, o jugar al tutti frutti y los picapiedras no los dejaban.
cómo sea, a cambio de esta promesa de felicidad de mi decimosexta abuela, y que me haya escuchado divagar, y prestando atención, sobre algunos intentos de necromancia para resucitar una mezcla de arte pop y el más violento informalismo de alberto greco (aglo que titularía impopmalismo), yo le prometí dedicarle mi primer libro. me sé de memoria el principio, pero nunca supe cómo seguía. igual, más o menos, acá va:
igual, ahora que lo pienso, por ahí debería ir sin el "de chico".-
viste que nunca es mañana hasta que te despertás o, mínimo, seguís de largo? bueno, lo mismo pasa con los años. no empiezan hasta que no lo escribis al principio del ciclo lectivo o de algún final, con la furia de las vacaciones.
mi 2010 (léase veinte diez, porque es más canchero) empezó a fines de enero, para quedarse con mi descanso, lo que intentaban ser vacaciones y los soles de alguna quinta de ingeniero maschwitz.
es verdad que lo único que me encontré cuando volví a entrar fueron un par de telas de araña y muchas historias de spiderman, me gusta atribuirle a eso y a mi ex-yeso la causa de mi inconsistencia.
hace unos años una abuela querida, que ojalá se sumara a mis tantas, me dijo que yo iba a ser feliz. en vez de tomármelo como de quien viene (qué abuela no te dice que vas a ser feliz?), estuve buscando todo el año esa señal mágica y misteriosa que nadie más que yo iba a ver y me iba a llevar en un hit the fucking road hasta la felicidad misma, por raro que pareciera. y quien no quiere eso? de todas formas, uno lo sigue buscando siempre, por incoformista que parezca, pero ahora tengo papeles, porque ya lo dijo sócrates, papá, uno quiere lo que no tiene. y con la cita a la autoridad te quedás tranquilo de que hace mil millones de años en el período prejurásico (perdón ross) seguramente los tiranosaurios también querían vivir en cuevas, o jugar al tutti frutti y los picapiedras no los dejaban.
cómo sea, a cambio de esta promesa de felicidad de mi decimosexta abuela, y que me haya escuchado divagar, y prestando atención, sobre algunos intentos de necromancia para resucitar una mezcla de arte pop y el más violento informalismo de alberto greco (aglo que titularía impopmalismo), yo le prometí dedicarle mi primer libro. me sé de memoria el principio, pero nunca supe cómo seguía. igual, más o menos, acá va:
de chico, nunca quise ser astronauta
igual, ahora que lo pienso, por ahí debería ir sin el "de chico".-
1 comentario:
Yo quiero una copia autografiada de tu primer libro
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