sábado, 10 de enero de 2009

hacia un nuevo formato de polaroid, sólo que más largo, lento e incómodo

con el cómo, el dónde y el cuándo resueltos, estás. querés.
en la calle más perdida, para violentar el silencio, con la tabla y la cámara es para siempre de tarde, de azul, a contraluz y de ojos entreabiertos, a cerrados, a narices fruncidas y a 100asa.
olor a lo que debería, como buena tarde de verano de antes, de las despreocupadas, de Cuidado Hèrcules vigila, en donde mañana era un hoy renovado y quedaba demasiado lejos para preocuparse.
una tarde con gusto a mousse de frambuesa y amarena de a ratos, y de ráfagas de mascarpone y banana split.
los nervios de una final del mundo y del último penal, y saber que siempre va al poste, pero igual encarar y patear, fuerte y al ángulo, para que después no te digan cagón y menos haberte quedado con las ganas.
la necesidad de un anclaje en palabras, con gusto a un inolvidable huevo estrellado, tierra y sudor, para volver a la realidad y poner las fotos en palabras, que no son mil, y darse cuenta de que con estas pocas alcanza.-

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