domingo, 18 de julio de 2010

cuando no te contentás con la primera de las tres g y, buscando las otras dos, te terminan abrochando y te vas a tu casa más que caliente

yo fui un chico con mucha suerte, tenía el family game y el super mario 3. sabía jugar con la plumita y pasaba todos los niveles volando por arriba. mi tío decía que era un tramposo. yo decía que mi tío era un envidioso y lo hacía igual.
cuando jugaba de a dos con mi papá yo siempre era mario. siempre. y siempre elegía los niveles más fáciles y los pasaba volando. mi papá, en cambio, era luigi. no tenía la plumita y le tocaban los difíciles. mi papá perdía seguido incluso en los fáciles.
hace poco leía una historia que le pasó a unos amigos de un amigo sobre un chico que estaba triste en un botecito y la madre, para sacarlo, lo desafiá a una carrera y termina perdiendo.
por ahí no te parezca mucho, pero está tan bien hecho que parece que nadie hizo nada.
si no fuera tan vergonzoso le diría al arquero cuanto le agradezco por haberse dejado perder (la cantidad exacta) en todos los juegos conmigo. porque lo hizo tan bien, con tanta maestría, que me lo hizo creer toda la vida.
espero haberle retribuido la alegría, y con creces, cuando recitaba la formación del club, aunque estuviera de paso por el nacional b.-

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